La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), informó que la actividad fabril registró una mejora interanual del 4,5% en enero y del 2,3% mensual, en términos desestacionalizados.
Según el informe de FIEL la industria se ubicó un 8,7% por encima del nivel registrado en abril de 2024, en el inicio de la presente fase de recuperación. En el mes, las señales que indicaron que la actividad transita una fase de mejora son firmes, con una aceleración en la dinámica y una ostensible mejora en la difusión sectorial de la recuperación.
De esta manera en nueve meses la presente fase de recuperación de la industria acumula un crecimiento equivalente anual al 11,8%, superior al ritmo de crecimiento promedio y mediano de las diez fases de recuperación de la industria desde 1980, y el de las fases iniciadas en agosto de 1981, abril de 1999, agosto de 2014 y septiembre de 2016, al tiempo que iguala el de la fase iniciada en febrero de 2002 en la salida de la Convertibilidad.
Mientras que la producción de alimentos y bebidas creció 5,2% y los despachos de cigarrillos se elevaron 5%, en ambos casos respecto a enero de 2024. Con un crecimiento interanual inferior al promedio, el proceso de petróleo registró en enero un alza de 4,2%, mientras que la metalmecánica (0,3%) igualó el nivel de producción de un año atrás.
Además, otras actividades mostraron un retroceso más marcado comenzando con la producción de minerales no metálicos (8,1%), y siguiendo con la de papel y celulosa (9,3%), la de insumos textiles (12,5%), finalizando con la de las industrias metálicas básicas (15,8%), en cada caso en la comparación con el primer mes de 2024.
La producción industrial a comienzos del 2025 muestra una mejora en comparación con enero del año pasado. El avance más marcado lo muestran los bienes de consumo durable con un aumento interanual del 11,4%, seguido de los bienes de capital con una mejora del 10,8%.
Finalmente, los bienes de uso intermedio registraron una mejora del 1,9% en el mes en comparación con un año atrás a partir del rebote en la producción de químicos y plásticos y el avance de la refinación de petróleo que más que compensaron la caída de la producción en los bloques de las industrias metálicas básicas, los minerales no metálicos y los insumos textiles.